ESPACIO ÚNICO

Los principales ecosistemas del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia son:

  • Ecosistemas litorales: playas y sistemas dunares; acantilados.
  • Ecosistemas submarinos: fondos rocosos, bancos de arena, fondos de maërl, fondos de cascajo y bosques de algas.
  • Matorrales costeros: atlánticos y submediterráneos.

LA FLORA

La luz y las olas, junto con la profundidad y las características del sustrato, condicionan la distribución de la FLORA MARINA:

En la cara oeste de las islas, donde bate con fuerza el mar, hay refugios de la corriente donde se pueden encontrar algas pardas de los géneros Laminaria y Saccorhiza, que forman auténticos bosques submarinos.

También destacan los fondos de maërl, que están formados por la agregación de miles de algas coralígenas de pequeño tamaño y de varias especies.

La FLORA TERRESTRE debe protegerse de la sequedad, la sal y el viento, y conforma paisajes muy diferenciados gracias a su variada vegetación:

    • En las playas y dunas: al tener gran aridez, obligan a las plantas a adaptarse mediante colores claros que reflejen la luz, raíces muy profundas que les permitan acceder a las reservas de agua, bulbos de reserva de agua, etc. Son plantas de distribución muy restringida y de protección obligada.

      La azucena de mar, el barrón y el alhelí de mar son algunas de las especies representativas de estos medios. Más escasas, pero de gran importancia, son la camariña y Armeria pungens.

  • En los acantilados: al ser zonas de escaso sustrato y estar expuestos a vientos fuertes cargados de salitre, sólo permiten la supervivencia de plantas que se han adaptado con raíces profundas entre las grietas de granito, como el perejil de mar, la manzanilla marina y Armeria pubigera.

    Destaca, además, Angelica pachycarpa como planta exclusiva del nororeste peninsular, asociada a los acantilados frecuentados por colonias de gaviotas.

  • En los matorrales es fácil encontrar especies como el tojo y algunas especies de carácter submediterráneo como el torvisco y el jaguarzo negro. Como especie propia de este matorral podemos destacar Cytisus insularis, una retama exclusiva del Parque.

  • En las islas Cíes, Ons y Sálvora, en las zonas más protegidas del viento oceánico encontramos pequeños bosques de árboles autóctonos, principalmente roble melojo. En Cortegada, por su situación más abrigada en el interior de la ría de Arousa, sus bosques se extienden por casi toda la isla y tienen mayor diversidad de árboles: laureles (con ejemplares que alcanzan los 12 metros), sauces, robles y alisos. Por otra parte, en las islas se plantaron eucaliptos, pinos y acacias, sobre los que ahora se trabaja para su eliminación y así recuperar los ecosistemas naturales propios.
Dunas en las Islas Cíes.
Bosque en Cortegada.
El espino albar de Cortegada puede tener uso medicinal.

LA FAUNA

La gran variedad de ambientes en el medio marino del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia proporciona una elevada diversidad de su fauna que lo caracteriza y hace único:

En las zonas rocosas, más batidas por el mar, habitan organismos que han desarrollado mecanismos para fijarse a las rocas: percebes, lapas, mejillones, bellotas de mar, etc.

Desde la franja mareal, y a medida que aumenta la profundidad, se refugian entre las grietas erizos de mar, anémonas, bígaros, cangrejos, gobios o pulpos.

Los fondos de arena, al carecer de sustrato fijo, condicionan a algunos organismos a vivir enterrados, como es el caso de las navajas, los berberechos o las almejas, mientras que otros se mimetizan sobre la superficie como el rodaballo, la sepia o el cangrejo ermitaño.

Otros fondos móviles son los formados por algas calcáreas, llamados de maërl, y los fondos de cascajo, compuestos por restos de conchas.

La abundancia de organismos marinos sustenta poblaciones de aves marinas como las de gaviota patiamarilla y cormorán moñudo, que constituyen importantísimas colonias a nivel mundial y, en menor medida, la gaviota sombría, el paiño europeo y la pardela cenicienta. También aprovechan estos recursos las aves invernantes o en paso migratorio, como el cormorán grande, el alcatraz, la pardela balear, el alca común y el charrán patinegro.

En zonas de menor influencia marina habitan aves como el halcón peregrino, anfibios como la salamandra, reptiles como el eslizón de cinco dedos y el lagarto ocelado, o insectos como la escasa mariposa arlequín.

Los mamíferos son escasos en el Parque, aunque son abundantes los conejos (que prácticamente no tienen depredadores) y, en los últimos años, ha reaparecido la nutria.

Manojo de mejillones en las rocas.
Ejemplar de pulpo (Octopus vulgaris) en las profundidades marinas.
Gaviota en uno de los acantilados.
Cormorán sacando su plumaje al sol.
Las salamandras y los conejos abundan en el Parque.